El cuidado del participante e-learning desde el diseño multimedia.

En el desarrollo de una iniciativa e-learning hay una extensa variedad de factores que deben tomarse en cuenta para asegurar el alcance de sus objetivos: las necesidades de la empresa que impartirá, la complejidad y extensión del contenido base, el perfil de los participantes, el tipo de producto e-learning que se usará, entre otros. Cada uno de estos elementos es tratado en diferentes fases de la creación del producto, en la cual el diseño multimedia es la última fase previa a la impartición. Pudiera pensarse que a esas alturas todo está dicho y hecho y solo queda “maquillar” el producto, ¿cierto?

Pero no, nada más lejos de la realidad.

Cuando hablamos de educación en línea o e-learning, cada tipo de iniciativa debe considerarse como un producto digital, el cual debe vertebrarse en base a elementos como:

  • El diseño y estética visual multimedia.
  • La comunicación efectiva.
  • La experiencia global del usuario.

Allí nos preguntamos, ¿por qué es importante el diseño multimedia en la experiencia e-learning?

Porque cada uno de sus elementos está destinado al cuidado del participante, a mantenerlo en el centro, a facilitar la retención y mejorar estéticamente el contenido a impartir, lo que sirve para aligerarlo y motivar al alumno.

Según la Teoría de Aprendizaje de Adultos, los principales factores que afectan el aprendizaje efectivo en adultos, es que estos tienen dificultades para retener la información cuando están abrumados por el exceso de texto, demasiados elementos visuales, o ambas cosas. Por su parte, un curso que se sienta “plano” o “vacío” simplemente será muy difícil de seguir, tomando en cuenta la cantidad de estímulos sensoriales a los cuales cualquier persona se encuentra expuesta en la actualidad.

En este sentido, el diseño multimedia ejerce una función vital en e-learning pues es la fase en la que se alcanza el equilibro estético y sensorial del curso.  Se le dota de producción audiovisual, imágenes, animaciones, sonidos y videos, acompañando a la información de una forma creativa, dándole una experiencia de usuario agradable y el beneficio de aprender de forma armónica e interactiva un tipo de información que no siempre es de fácil aprendizaje.

¿Cómo logramos un diseño multimedia correcto? A través de, principalmente, los principios de contigüidad y relevancia: la alineación y relación entre texto, audio, video, imágenes e íconos debe ser clara. El participante nunca debe sentir que se le están mostrando elementos que sobran, que son innecesarios o que se le haga difícil entender por qué se relacionan con una información particular.

Por otra parte, más allá del contenido, debe tomarse en cuenta también el diseño de la interfaz multimedia del curso, considerando factores emergentes como la accesibilidad.

¿Quieres saber más sobre estrategias de formación corporativa?

Sigue las tendencias e-learning en el Newsletter, publicación mensual_