Práctica frecuente de lo aprendido.

Actividades formativas como reforzamiento constante del aprendizaje.

Existen muchas herramientas que nos permiten construir instancias de aprendizaje efectivas, pero dentro del mundo del E-learning, donde muchos de los cursos son responsivos, es decir, que podemos visualizarlos desde cualquier dispositivo, lograr la atención del participante desde su celular y que alcance los objetivos que le planteamos, puede ser una tarea titánica.

Una de estas herramientas es el reforzamiento, el cual juega un papel fundamental en el diseño de los entornos virtuales de aprendizaje. Sobre todo, cuando queremos conseguir que cada participante asimile los contenidos y consiga las metas de aprendizaje establecidas.

Pero… ¿cómo podemos reforzar los conocimientos dentro de 40 minutos u 8 horas de aprendizaje a distancia?, ¿cómo nos aseguramos de que el participante logró un aprendizaje efectivo?

Las actividades formativas representan una buena táctica para reforzar los contenidos que mejorarán el desempeño y/o la actitud de los participantes. Estas acciones, inspiradas en la teoría del conductismo, y que no cuentan para la evaluación final, permiten una mayor asimilación de los contenidos por parte del participante, a la vez que favorece la creación de modelos mentales de los conceptos, lo cual facilita el aprendizaje y la comprensión.

Y, ¿cómo debemos plantear las actividades formativas?, ¿es tan simple como incorporar una pregunta de verdadero o falso?

Tal vez sea suficiente, pero tal vez no. Si el participante no recibe un feedback adecuado al contestar a una interrogante o incluso no percibe que puede recibir una recompensa por acertar o una penalización por errar, estamos en presencia de un curso que no refuerza los conocimientos y, por ende, difícilmente cumplirá las metas de aprendizaje. Por eso, y con mucha convicción debemos decir que no es una simple pregunta.

Las actividades formativas deben ir de la mano con el programa del curso de manera que se distribuyan adecuadamente durante su desarrollo y permitan que el participante se sienta parte de una historia. En Celeris impulsamos distintas maneras creativas de aplicar actividades formativas, por ejemplo, si el curso se ha planteado dentro de un contexto determinado como puede ser una inducción corporativa que incorpora una metáfora en la que se debe recorrer en una nave espacial todos los “planetas” que conforman a la organización, entonces podemos continuar en la misma línea narrativa con las preguntas y plantearlas como “satélites”, “esteroides” o “lunas”.

Ya sean de verdadero y falso, selección simple o selección múltiple, las preguntas cerradas que se planteen dentro del storytelling con el que se desarrolló el contenido del curso, causarán un mayor impacto didáctico y, por ende, un reforzamiento del aprendizaje.

Pasapalabras, crucigramas, ruletas, matrices o arrastrar las “lunas” al “planeta correcto” y recibir estrellas fugaces como recompensa son algunas de las diversas opciones que utilizamos creativamente en Celeris y que contribuyen a que el participante retenga aún más los conceptos y las ideas que se platearon a lo largo del curso.

Un curso debe establecer técnicas educativas destinadas a lograr que se obtengan una serie de capacidades o habilidades. Estas deben ir adaptadas al curso e-learning que se quiere impartir para que se consiga su objetivo final, el de formar. Junto a ellas van unidas las actividades que permitirán que esos conocimientos teóricos se adquieran fácilmente de una manera práctica.

Son diversas las herramientas que utilizamos para crear cursos que permitan un aprendizaje significativo, que sean útiles y que agreguen valor para el desarrollo tanto personal como profesional del participante.

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